η ελληνική κρίση (la crisis griega)
15 Ene 2015
El pasado miércoles Mariano Rajoy visitó Grecia, en una misión de apoyo a Andonis Samarás líder de “Nueva Democracia”, cara a las próximas elecciones legislativas griegas del 25 de enero, dónde las encuestas señalan como previsible ganador a “Syriza”, fenómeno político de similares características a “Podemos” en España, pronunciando allí una frase que se le recordará en el tiempo (y quizás no en el sentido que él pretendía): “…prometer algo que es imposible no tiene sentido y además genera frustración”. La sonrisa de Rajoy, en busca de mayor presencia internacional, ponía en evidencia su satisfacción al hacer de representante de Angela Merkel, quien ya visitó Grecia, en apoyo a Samarás en los anteriores comicios; en esta ocasión el ambiente social desaconsejaba su aparición por allí, para no perjudicar las posibilidades de sus socios de “Nueva Democracia”.
Ante el más que elocuente énfasis del enviado del Partido Popular Europeo (Rajoy), y de los apoyos de la propia Merkel, de la cúpula de Bruselas y de todas los organismos financieros mundiales (FMI, BM, etc…) conviene recordar que éste “mirlo blanco” al que se aferran sus preferencias para renovar el poder en Grecia, Samarás, formó parte del gobierno que manipuló las cuentas públicas helenas anunciando un déficit público del 3,7%, cuando en realidad era el 12,7%, originando el principio de la crisis griega; dicha manipulación se realizó a través de la emisión de producto derivados complejos, en cuyo diseño participó Goldman Sachs, siendo su vicepresidente para Europa, en esos momentos, Mario Draghi, actual presidente del Banco Central Europeo. Al publicarse las cifras reales de la economía griega, los mercados internacionales y las agencias calificadoras devaluaron la calificación crediticia del país heleno hasta “bono basura” y los inversores exigieron mucha más rentabilidad para sus bonos. La causa principal del rescate financiero solicitado por Grecia, con las duras condiciones impuestas a su sociedad, fue esa manipulación de las cuentas públicas griegas durante dos legislaturas en las que no se hizo lo necesario, Samarás fue responsable en ello y durante años sus socios del PPE recelaban de él, pero ahora es el momento de olvidar sus pecados, para parar a Syriza.
Tras varios años de declaraciones de portavoces oficiales españoles diciendo que “España no es Grecia”, Rajoy, con su presencia junto al líder de “Nueva Democracia”, ha dado un paso que se le puede volver en contra, convirtiendo las elecciones griegas en una especie de “preámbulo” de las españolas, la victoria de Samarás le ratificará más en clave europea, que en clave interna española, pero si Syriza cumple con las encuestas, tras el apoyo expreso de Pablo Iglesias y “Podemos” desde España, su tragedia griega no habrá más que empezado…